*lo siguiente gracias a CrepMeyer*
Style.com nos trae un vistazo de lo que es un articulo muy completo y realmente interesante sobre Stephenie Meyer en la edicion de Marzo de la revista Vogue. Un artículo muy recomendado para todas las que quieran conocer un poco más de la creadora de la Saga de Crepúsculo.
¿Cómo una madre de tres se convierte en la próxima gran ‘cosa’ en la publicación con su casta-pero-erótica saga de Crepúsculo?
Puede que prefiera escribir tarde por la noche, mientras su familia duerme, pero para los archivos, no hay mucho acerca de Stephenie Meyer, autora de la mejor-y-más-vendida saga de Crepúsculo, que grita vampiros. Si, ella tiene un cabello largo y osuro, y ojos marrón terroso. Casualmente destaco esta tarde en su casa, en Arizona, por un cachemir de Banana Republic y unos jeans, pero carece de la arrogancia asociada con las vampiresas. Su ambiente es acogedor; se sienta en el sofá de su sala, con una pierna doblada debajo de ella, y empieza a hablar como si hubieran estado en medio de conversaciones por años.
Ella es rodeada por los juguetes de sus hijos, juegos, y brújulas (su esposo es líder de los scouts), así como su lugar de trabajo se encuentra al frente del salón. Hay fotos familiares y algunas pinturas de la costa de Washington, donde tiene lugar Crepúsculo. El vecindario de Phoenix donde ella vive, es una especie de suburbio desierto, es lo contario de la costa de Washington, y últimamente ella y su esposo han estado llevando a sus tres niños (de 6, 8 y 11 años de edad) de vacaciones a la zona de Seattle de vez en cuando, para ver verde. “Es bueno mostrarles que hay lugares donde las cosas están vivas”, dice.
Durante el día, puede ir a la calle por la comida que compartirá con marido “Estoy obsesionada con la ensalada griega” dice, pero la mayoría son solamente recados a la vuelta, recoger a los niños, salir, que en su caso quiere decir devolver llamadas sobre guiones, productores y entrevistas. Incluso en un año en el que teóricamente está teniendo un descanso de las actividades de promociones, la industria de Crepúsculo ella está en auge.Ella produce capítulos y se los lee en voz alta a sus niños, de quien su esposo cuida de ellos si ella tiene que ir a un tour del libro o tener una reunión en Los Ángeles, “Soy una ermitaña, básicamente”, dice. “Soy ese tipo de persona”. No es que ella tenga que volver a su ataúd antes del amanecer, Meyer incluso es una chica de casa, a veces, es indecisa. Ella nunca sale a ver películas, y se toma su tiempo para verlas. “Compramos ‘The Dark Knight’ cuando salió, y sé que la veremos algún día”, dice. Si ‘La ley y el Orden’ está en la televisión en su casa, olvida escribir. “No me puedo mover hasta que termine”, dice. “Si es un maratón, el día se fue.”
Por mucho que ella les ha traído glamour a las vidas de las adolescentes con su Romeo y Julieta con-una-historia-con-anhelo-de-sangre, el glamour que la rodea a sí misma es poco atractivo, a menos que seas un niño del cual el patio trasero es el paraíso a los aspirantes a atletas. Dentro, la sala de juegos es realmente usada, aunque Meyer pelea con sus hijos por tener que comprar el último video juego, indicando en ellos que sus cabezas no explotaran si no lo tiene. “La idea de disfrutar algo ahora ya se ha perdido”, dice. Para ella, la felicidad es estar en casa o asistir un juego de la Liga menor o un concierto de la banda de la primaria. Ella cree que esto es lo que le ha dado éxito en la escritura, una especie de lujo que no debe ser escuchado como un objeto de gran valor por el IRS. “El lujo para mi es haciéndose cargo de sus hijos”, dice.
Si, ella se mostró en el estreno de su propia película y lleno de estrellas, llegando con los actores más como una colegiala que como la creadora de esta gótica ‘religión’, y si, ella claramente ama a sus fans (en su mayoría chicas), pero el pensamiento de su propio éxito puede hacerla sentir un poco incomoda. Hace casi un año, en el set de la película de Crepúsculo, aun el estudio tenía modestas esperanzas para ell pero eso eventualmente fue un fenómeno, como todo lo demás que Meyer ha tocado desde que apareció en la escena hace 4 años – ella vio a decenas de personas recrear la cafetería en la que ella imagino a la hora del almuerzo a su heroína, Bella, y su problemático pretendiente Edward Cullen, quien es más viejo que Bella por más de un siglo o más o menos, así como era un no-muerto y viviendo con una gran familia de vampiros. “De repente me di cuenta que todo esto estaba pasando porque escribir una historia”, dice, “y me hizo sentirme un poco mal del estomago”.
Es solamente cuando ella le da un adiós, agitando la mano, a su esposo e hijo, y salta dentro de su automóvil Infitini, que un lector familiarizado con el atractivo vampiro de Crepúsculo puede rápidamente enterarse un poco sobre la autora de 35 años – conduce como Danica Patrick en su día libre. “Me gusta conducir,” dice Meyer. Como ella sale a la terrosa carretera que corre a través de su desértico vecindario, va siempre con su pie sobre el pedal como los dientes al cuello. Ella conecta su iPod en el estéreo del auto, lo ajusta en Muse, una banda es exactamente para Meyer. Ella no está infringiendo la ley, pero la ley debe estar un poco nerviosa. “Mi esposo vendió nuestro coupe”, dice, “y estaba tan enojada.”
*si quieres continuar leyendo da click aquí*
Style.com nos trae un vistazo de lo que es un articulo muy completo y realmente interesante sobre Stephenie Meyer en la edicion de Marzo de la revista Vogue. Un artículo muy recomendado para todas las que quieran conocer un poco más de la creadora de la Saga de Crepúsculo.
¿Cómo una madre de tres se convierte en la próxima gran ‘cosa’ en la publicación con su casta-pero-erótica saga de Crepúsculo?
Puede que prefiera escribir tarde por la noche, mientras su familia duerme, pero para los archivos, no hay mucho acerca de Stephenie Meyer, autora de la mejor-y-más-vendida saga de Crepúsculo, que grita vampiros. Si, ella tiene un cabello largo y osuro, y ojos marrón terroso. Casualmente destaco esta tarde en su casa, en Arizona, por un cachemir de Banana Republic y unos jeans, pero carece de la arrogancia asociada con las vampiresas. Su ambiente es acogedor; se sienta en el sofá de su sala, con una pierna doblada debajo de ella, y empieza a hablar como si hubieran estado en medio de conversaciones por años.
Ella es rodeada por los juguetes de sus hijos, juegos, y brújulas (su esposo es líder de los scouts), así como su lugar de trabajo se encuentra al frente del salón. Hay fotos familiares y algunas pinturas de la costa de Washington, donde tiene lugar Crepúsculo. El vecindario de Phoenix donde ella vive, es una especie de suburbio desierto, es lo contario de la costa de Washington, y últimamente ella y su esposo han estado llevando a sus tres niños (de 6, 8 y 11 años de edad) de vacaciones a la zona de Seattle de vez en cuando, para ver verde. “Es bueno mostrarles que hay lugares donde las cosas están vivas”, dice.
Durante el día, puede ir a la calle por la comida que compartirá con marido “Estoy obsesionada con la ensalada griega” dice, pero la mayoría son solamente recados a la vuelta, recoger a los niños, salir, que en su caso quiere decir devolver llamadas sobre guiones, productores y entrevistas. Incluso en un año en el que teóricamente está teniendo un descanso de las actividades de promociones, la industria de Crepúsculo ella está en auge.Ella produce capítulos y se los lee en voz alta a sus niños, de quien su esposo cuida de ellos si ella tiene que ir a un tour del libro o tener una reunión en Los Ángeles, “Soy una ermitaña, básicamente”, dice. “Soy ese tipo de persona”. No es que ella tenga que volver a su ataúd antes del amanecer, Meyer incluso es una chica de casa, a veces, es indecisa. Ella nunca sale a ver películas, y se toma su tiempo para verlas. “Compramos ‘The Dark Knight’ cuando salió, y sé que la veremos algún día”, dice. Si ‘La ley y el Orden’ está en la televisión en su casa, olvida escribir. “No me puedo mover hasta que termine”, dice. “Si es un maratón, el día se fue.”
Por mucho que ella les ha traído glamour a las vidas de las adolescentes con su Romeo y Julieta con-una-historia-con-anhelo-de-sangre, el glamour que la rodea a sí misma es poco atractivo, a menos que seas un niño del cual el patio trasero es el paraíso a los aspirantes a atletas. Dentro, la sala de juegos es realmente usada, aunque Meyer pelea con sus hijos por tener que comprar el último video juego, indicando en ellos que sus cabezas no explotaran si no lo tiene. “La idea de disfrutar algo ahora ya se ha perdido”, dice. Para ella, la felicidad es estar en casa o asistir un juego de la Liga menor o un concierto de la banda de la primaria. Ella cree que esto es lo que le ha dado éxito en la escritura, una especie de lujo que no debe ser escuchado como un objeto de gran valor por el IRS. “El lujo para mi es haciéndose cargo de sus hijos”, dice.
Si, ella se mostró en el estreno de su propia película y lleno de estrellas, llegando con los actores más como una colegiala que como la creadora de esta gótica ‘religión’, y si, ella claramente ama a sus fans (en su mayoría chicas), pero el pensamiento de su propio éxito puede hacerla sentir un poco incomoda. Hace casi un año, en el set de la película de Crepúsculo, aun el estudio tenía modestas esperanzas para ell pero eso eventualmente fue un fenómeno, como todo lo demás que Meyer ha tocado desde que apareció en la escena hace 4 años – ella vio a decenas de personas recrear la cafetería en la que ella imagino a la hora del almuerzo a su heroína, Bella, y su problemático pretendiente Edward Cullen, quien es más viejo que Bella por más de un siglo o más o menos, así como era un no-muerto y viviendo con una gran familia de vampiros. “De repente me di cuenta que todo esto estaba pasando porque escribir una historia”, dice, “y me hizo sentirme un poco mal del estomago”.
Es solamente cuando ella le da un adiós, agitando la mano, a su esposo e hijo, y salta dentro de su automóvil Infitini, que un lector familiarizado con el atractivo vampiro de Crepúsculo puede rápidamente enterarse un poco sobre la autora de 35 años – conduce como Danica Patrick en su día libre. “Me gusta conducir,” dice Meyer. Como ella sale a la terrosa carretera que corre a través de su desértico vecindario, va siempre con su pie sobre el pedal como los dientes al cuello. Ella conecta su iPod en el estéreo del auto, lo ajusta en Muse, una banda es exactamente para Meyer. Ella no está infringiendo la ley, pero la ley debe estar un poco nerviosa. “Mi esposo vendió nuestro coupe”, dice, “y estaba tan enojada.”
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